LA VENDIMIA. ¿Cómo lo hacemos en Bodegas Ismael Arroyo-ValSotillo?

Uno de los momentos más intensos en la bodega es la vendimia. Las dos primeras semanas de octubre son las fechas más habituales de recogida de la uva en la Ribera del Duero.

La vendimia es el final de todo un año de trabajo en las viñas.  Septiembre es un mes decisivo en Ribera del Duero para la maduración de la uva.

En ValSotillo empezamos a finales de agosto a comprobar la carga de las cepas y a eliminar racimos para dejar una producción entre 5.000 y 6.000 kilos por hectárea favoreciendo una maduración más homogénea.

A medida que avanzan las semanas vigilamos el estado de la uva, su color, el nivel de azúcar, las semillas… Y estamos atentos a las analíticas que nos llegan de nuestro laboratorio o desde el Consejo Regulador de la DO. Todos estos parámetros influyen en la decisión de la fecha de inicio.

En nuestra bodega se vendimia a mano, con trabajadores temporeros. La selección de los racimos se hace en el campo. 
Cuando la uva llega a la bodega en cajas o remolques, un veedor de la DO controla también su estado.

Tras el pesado se echa en la tolva y después de pasar por la despalilladora se van llenando los distintos depósitos.

Todo este proceso, desde la recepción de la uva hasta el final de la maloláctica, puede suponer unos dos meses:  mucho más intensos las primeras semanas, cuando se simultanea en la bodega la recepción de la uva con la elaboración del vino; más relajados a medida que pasan las semanas. 

La fermentación alcohólica, que transforma el azúcar en alcohol, comienza de forma espontánea en los depósitos, con la acción de las levaduras autóctonas que tiene la propia piel de la uva. En ValSotillo no añadimos levaduras comerciales.

Durante este proceso se remontan varias veces los depósitos, procurando mojar la capa de pieles que se queda en la parte superior con el vino, para extraer color, aromas, taninos…

El aire se impregna primero del aroma dulzón del mosto, y luego del más intenso de la fermentación. Cuando ésta termina se realiza el “descubado” o extracción de los restos de uvas y pieles que se someterán a un suave prensado.

El vino inicia entonces en los depósitos una segunda fermentación, la maloláctica, que transforma el ácido málico en láctico.

Esta es una época también muy atractiva para los amantes del vino.

Junto con la Ruta del Vino Ribera del Duero, ofrecemos actividades especiales, como cata de uvas, degustaciones de mosto recién extraído, y a los niños les repartimos  manteles para pintar, favoreciendo también un enoturismo más familiar.

A finales de noviembre las viñas, que han estado exhibiendo sus magníficos colores de otoño, pierden ya las hojas y se puede empezar a podar. Comienza entonces un nuevo ciclo en el campo.