- Los viajeros de Estados Unidos lideran las visitas internacionales
Las visitas de enoturistas extranjeros a Bodegas Ismael Arroyo-ValSotillo han aumentado en 2018 hasta el punto de que, por primera vez, han superado a las nacionales.
Alrededor de 2.000 visitantes de hasta 32 países distintos llegaron a Valsotillo, de los cuales 1.400 proceden de Estados Unidos. La cifra de enoturistas americanos ha aumentado considerablemente sobre todo desde el año 2015, según los datos recogidos durante más de una década por Marisa Arroyo.
Los restantes enoturistas extranjeros proceden de un listado de 31 países, México, Portugal, Suiza, China, Puerto Rico, Bélgica, República Dominicana, Rusia, Canadá, Alemania, UK, Francia, Australia, Panamá, Argentina, Dinamarca, Filipinas, Holanda, Ecuador, Colombia, Rumanía, Israel. Italia, Japón, Suecia, Turquía, Corea, Perú, Taiwán, Brasil. Son siete países más que en 2018. En 2010 los visitantes llegaron de 12 países y en 2014 de 25.
La mayoría de los enoturistas internacionales acuden a través de agencias de enoturismo, aunque también contactan directamente por correo electrónico, atraídos por los buenos comentarios que encuentran en internet sobre la bodega. Otros la visitan porque han probado ValSotillo en su país de origen. Asimismo ha habido casos que se han decidido a venir tras leer el artículo de Jada Juan en el New York Times calificando a ValSotillo como su bodega “favorita”.
Una de las cosas que más atrae a los extranjeros, sobre todo a americanos, a Bodegas Ismael Arroyo-ValSotillo es su historia y patrimonio vitivinícola medieval. Es decir, los 400 años de historia del vino y tradición que pueden “vivir” de primera mano a través de las explicaciones de Miguel Ángel o Ramón Arroyo Callejo, descendientes en línea directa de familias productoras de vino en Sotillo de la Ribera desde al menos el siglo XVII.
También porque viven una auténtica inmersión histórica a través del recorrido por la espectacular bodega excavada a mano en la roca del cerro de San Jorge, a la cual se accede desde la pequeña puerta de entrada original, bajando 16 escaleras, y que impresiona por las dimensiones y belleza de sus naves, habiéndose conservado exactamente igual que hace 400 años.
La visita en ValSotillo se completa mostrando a los visitantes documentos de 1670, 1787, 1902 o 1948, que les permite hacerse una idea de la importancia que tenía Sotillo de la Ribera como mínimo desde el siglo XVII como municipio productor y abastecedor de vino. Todo ello hace que esta visita enoturística en la DO Ribera del Duero sea única y excepcional, ya que les permite conocer con todo detalle los orígenes de esta región vitivinícola y la importancia del vino desde la Edad Media.
Los visitantes españoles, con amigos o en familia
Los visitantes nacionales (1.800 en 2018) también valoran este contacto con la historia y la impresionante bodega. Suelen ser grupos de amigos o familias con niños, habiendo detectado en nuestra bodega un importante incremento de este turismo familiar.
Los más pequeños disfrutan con el paseo de casi un kilómetro a través de las galerías excavadas en roca y después en la cata con los manteles y juegos que pone a nuestra disposición la Ruta del Vino Ribera del Duero, a la cual estamos adheridos como bodega. Asimismo, en vendimias se les ofrece otros alicientes, como degustar el mosto o probar las uvas.
Lo que ha llamado la atención en 2018 ha sido una mayor desestacionalización del enoturismo. Aunque el otoño (de septiembre a noviembre, ambos incluidos) y la primavera (de abril a junio), son las épocas preferidas por los turistas del vino para viajar, este año hemos registrado visitas hasta en la última semana de 2018, y la primera de 2019, en plenas fiestas navideñas.